Tratar de dividir los tiempos entre la superación personal y búsqueda de crecimiento económico, administración del hogar, búsqueda del bienestar emocional propio y de quien se educa no es tarea sencilla.
Cuando me encuentro en la constante duda de si lo estoy haciendo bien o mal, basta con que mire a mi alrededor y note como los juguetes están algo regados y los cristales ciertamente decorados por un pequeño picasso para que descubra y redescubra que no soy ni la mejor ni la peor mamá... simplemente soy la madre que mi pequeña necesita.
Por eso mi reflexión de hoy para tí mamá que también te planteas si vas bien, mal, regular:
La tarea educadora no es sencilla, porque ni la más moderna de las técnicas pedagógicas y / o psicológicas podrán formar por sí solas la voluntad y conciencia de un pequeño ser humano.
Sin embargo, sí tenemos la oportunidad de haber nacido y comenzado esta aventura en una era, en donde la ciencia nos permite tener más elementos de análisis y por tanto mayores recursos para nuestra labor, sea esta compartida en pareja o no.
Cuando me preguntan para qué sirve que padres de niños tan pequeños se acerquen a mi ejercicio profesional, la respuesta mediata es: porque la aspiración de una ciencia como la que practico es a que tengamos desde temprana edad una sociedad más próspera y con un mayor nivel de bienestar, y ello será consecuecia de tener a la mano un poco más de certidumbre.
Asi que mamá, papá, educador en general ten confianza en tu labor, y si tienes dudas y requieres de apoyo recuerda que siempre habrán recursos que en nuestra actualidad están a la mano.
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Isela A. MPE
